Viernes 3/8

Parece que, al final, llegó el día que ninguno quería que llegase, el dia de la despedida. Llovía mucho. Fátima lloraba nuestra partida.

La jornada ha comenzado como siempre desde que dormimos en la casa de Retiro. Esta mañana el despertador era Cristina dando golpes en las puertas. Pero la diferencia era que poco a poco iban saliendo maletas de los cuartos. Como llevamos haciendo desde el primer dia en Argentina, hemos forzado los límites de la física introduciendo muchas personas y muchas maletas en los coches de Leti y Jime.

Nada más llegar nos hemos encontrado con una agradable sorpresa.  ¡Marcelo y Ariel nos habían preparado el desayuno! Bandejas repletas de galletitas de coco y un magnífico café. Menuda delicia. Por si no fuese poco con las galletas de coco nos hemos atiborrado de trozos de tarta que nos han regalado los 4 o 5 niños de infantil que cumplían años justo hoy.

Después de desayunar nos hemos puesto guapos con camisa y pañoleta para ir a la capilla a misa con los niños. Nos ha gustado poder cantar alguna de las canciones con ellos.

Acto seguido ha empezado lo duro. Despedirnos de los niños y del colegio. Primero ha hablado Jime y nos ha hecho entrega de un detalle que guardaremos con mucho cariño, una foto en la que aparecemos todo el campamento. Después hemos tenido la palabra nosotros, hemos desplegado una pancarta y leído una carta de despedida.

                Queridos niños de Mano Amiga:

Con el corazón partido os decimos adiós. Un adiós que esperamos que no sea definitivo, un adiós dulce por los inolvidables momentos acumulados estas semanas y un adiós amargo por el dolor de la partida.

En nuestra maleta nos llevamos algo más que un simple campamento en Argentina; nos llevamos un trocito de este país en el que hemos descubierto que lo que comienza como un campamento puede acabar como una gran amistad. A cambio, dejamos canciones, juegos y buenos momentos: Circo y astronautas hemos hecho grandes cosas.

A partir de ahora cuando pensemos en Argentina, nos vendrá a la cabeza cada uno de vosotros, juegos como la mancha o el delegado; palabras como buchón, chancho, cocochito, chupetín, fibrón, remera... y manjares como los alfajores, el dulce de leche, los sandwiches de miga, las galletitas de coco y el gran asado.

Así como nosotros hemos cuidado de vosotros estas semanas, de nosotros han cuidado Jime, Sandra, Leti, Malena , Ariel y Marcelo entre otros y a todos ellos queremos darles las gracias por su atención y por hacernos sentir como en casa.

¡Ey tios, tios! Sentimos haber cogido tantas cosas que deberiamos haber agarrado. ¿vale o no vale?

Un fuerte abrazo, El Clanpiriña.

                

De fondo ya se oía más de un sollozo por nuestra parte. Para que el colegio tenga un recuerdo nuestro les hemos regalado una pañoleta y un libro del cincuenta aniversario y para los niños el balón de futbol americano y el frisbi firmado. Por último, una profesora nos ha dicho unas palabras que nos han emocionado a todos. La gota que ha colmado el vaso ha sido escuchar a todos los niños cantar el himno del colegio Mano Amiga. Nos hemos deshecho. 

Asique tras recibir muchas cartas y regalos como las tazas de cerámica de parte de la familia de Zara y Mora, hemos abrazado a todos los niños y nos hemos enternecido viéndoles subir al colectivo.

Tocaba seguir con la biblioteca y el desván. Aunque íbamos en la buena dirección, aun quedaba el último esfuerzo para dejarlos perfectos antes de irnos. Parece que lo hemos conseguido.

Por si todo esto fuera poco hemos tenido el placer de comer con Leti, Jime, Sandra y Rubén que nos han invitado a unas deliciosas empanadas argentinas.

Estamos a la espera de que lleguen Jime y Leti para llevarnos a la parada del bus. Donde nos esperan 17 horas de viaje con una inclinación de asientos de 130 grados. Todo esto merece la pena si tenemos en cuenta que nuestro destino es nada más y nada menos que LAS CATARATAS DE IGUAZÚ!

Intentaremos manteneros informados desde allí.

Un fuerte abrazo:

El Clanpiriña.